Hacienda somos todos, o casi todos.

Hoy he ido a hacer la declaración de la renta. Como sabes, soy autónomo. He llevado todos mis papeles de ingresos, facturas, gastos, extractos bancarios, certificados, etc.

Y sí, me he puesto nervioso.

Me he puesto nervioso por todo lo que saben de nosotros, o sea todo.

Me he puesto nervioso por todo lo que pagamos.

Me he puesto nervioso porque hay gilipolla@s que andan diciendo que los impuestos son para sanidad y educación.

Me he puesto nervioso, porque aunque me va bien, no quiero pagar impuestos para chiringuitos dónde se colocan a los amiguetes.

Me he puesto nervioso porque no quiero pagar choferes, helicópteros, aviones privados, dietas, viajes de placer, enmascarados como viajes de negocios, Ipads e Iphones de última generación para sus señorías

Y ellos (todos), mientras tanto no cumplen con las mínimas prerrogativas de la democracia:

– Separación de poderes
– Grandes pactos para: sanidad, justicia, educación
– Mínimo control presupuestario
– Mínimo control de la deuda pública
– Ética en las actuaciones políticas
– Integridad personal

Aquí no dimite ni dios.

Aquí no se disculpa ni dios

Pero tú mientras a pagar.

Si no lo haces o te retrasas lo más mínimo toda la maquinaria del Estado se pone en tu contra. Ya he escrito antes de los desmanes de Hacienda.

Bueno, no me quiero poner más nervioso. Como cada día te presento a mi consultoría en protección de datos que te dará tiempo para atender tus temas personales como es la declaración de la renta. Que te sea leve.